domingo, 10 de noviembre de 2013

Las 500 dudas más frecuentes del español

En el título de este artículo no figura la indicación de 'Reseña de libro' porque reconozco que cito el libro más como excusa de una idea que para hacer una reseña.  No obstante y cómo admito que puede parece que me voy por las ramas, voy a comenzar por una breve nota sobre el libro.


 El libro es justo lo que su título indica, una relación de 500 dudas sobre el lenguaje. Dudas que se resuelven con una explicación que permite resolver casos parecido y ayuda a un mejor uso del lenguaje.

Los que somos un poco rebeldes seguro que pensamos en resolver la duda de forma distinta a cómo indica el texto. Porque hay algunos casos en los que la ortodoxia no me convence.  Recuerdo cuando elaboré el texto contra la consideración de las letras ch y ll que figuraba en los manuales de aplicaciones en los que participaba. En él indicaba que no seguíamos tal regla.  La RAE cambió su criterio y me dejó sin ese motivo de discordia. Qué le vamos a hacer.

Pero aunque como digo me dan ganas de pelear algunas de las dudas, en la mayoría de los casos la exposición del libro me parece acertada y útil.  Por lo general conocerlo ayudará a hablar y escribir mejor.  Eso supone comunicarse mejor con las personas, algo bastante útil.

El libro tiene 560 página, está bien encuadernado, con tapa plastificada y cuesta 25 euros (24,90 para ser exactos).  Cómodo de usar y de leer, aunque su contenido se presta más a una edición en web (y gratuita, claro).

Y ahora sí. Ahora me voy a ir por las ramas. Quiero decir que me voy a desahogar con la idea que me ha revivido el libro

El tema es que un gran número de fichas dan reglas con excepciones, y en algunos casos acaban con excepciones de las excepciones.  El uso del lenguaje es muy contrario al de las matemáticas.

El lenguaje acumula reglas, en algunos casos arbitrarias, en otros extrañas.  Por ejemplo, se debe decir '40 por ciento' y no '40 por cien', pero es válido 'cien por cien'.   La norma para el uso del plural en los colores es de lo más divertido, una tabla con numerosas opciones.  Para indicar el disminutivo de pie (piececito en algunos entornos geográficos) se da una lista de las reglas más habituales, que no valen para todos los casos, claro.   El uso o no de la preposición 'a' en los complementos de verbos da una larga lista de reglas.  en muchos casos las reglas no son tales, sino consejos.

Supongo que parecerá que me quejo de lo complicado que es el lenguaje sin reglas exactas.  Desde luego a mi me gustaría más que existieran esas reglas. Pero no, no pretendo quejarme.  Pretendo maravillarme de lo bien que funciona el cerebro para estas cosas.  La gente habla sin conocer las reglas. Al modo de aquel que hablaba en prosa sin saberlo.  Incluso muchos eruditos hacen un exquisito uso del lenguaje pero aprendido en base al uso que no a las reglas.

A mi me resultaría dificil aprender a sumar así.  Hoy he aprendido 7+12. Mañana me estudiaré 7+13, que opera distinto, porque el 7 suma distinto con los primos, menos con el 127 y el 10257, con los que opera como si no fuera primo.  La semana que viene aprenderé a sumar el 7 con los pares múltiplos de 3.  Uf, no me lo puedo imaginar.

Igual es esa la distinción entre los cerebros propicios a las ciencias y los que lo son a las letras.  Tópica distinción que se resiste a ser rebatida.