domingo, 4 de enero de 2015

Reseña de libro: El Universo extravagante

Mi primera lectura de 2015 ha sido un acierto.  

Comento el libro de Robert P. Kirshner, El Universo extravagante. Estrellas explosivas, energía oscura y cosmo acelerado.  Está publicado por Siruela en la colección 'Biblioteca de ensayo'. Tiene fecha de 2006, aunque el texto original es de 2002.  Encuadernado en rústica y con 360 páginas que incluyen varias ilustraciones.

El libro trata de supernovas.  O más exactamente de supernovas del llamado tipo SN Ia y su uso para medir distancias en el universo.  La idea es la siguiente: Podemos medir el brillo relativo de estos fenómenos y si somos capaces de deducir el brillo real, calcularíamos la distancia.   Gracias al estudio del espectro y ciertas características parece ser que hemos acertado con el tema y actualmente es la mejor manera de medir grandes distancias en el universo.  Supongo que habrás oido habla de las Cefeidas, unas estrellas que se usan también para medidas de distancias, porque conocemos su brillo real.  El problema es que las cefeidas tienen un brillo potente pero no lo suficiente para grandes distancias intergalácticas.  No sirven más que para nuestra galaxia y las cercanas, es decir para el universo próximo.

Por si no lo sabes, las supernovas son explosiones estelares.  Tienen una gran potencia, emitiendo durante unos pocos días una potencia del orden de millones de soles como el nuestro.  Eso hace que sean detectables a muy grandes distancias. Incluso ocasionalmente se da el caso de supernovas que son visibles a simple vista.  Así ocurrió con la famosa de 1572 (SN 1572), observada por Tycho Brahe y que desconcertó a los astrónomos de la época, que suponían que el cielo era inalterable.

¿Y para que sirve medir las distancias en el universo? Para muchas cosas, pero sobre todo para medir la constante de Hubble y en base a ella determinar magnitudes cosmológicas básicas, por ejemplo la edad del universo.  Por ejemplo las investigaciones citadas en este libro han contribuido a resolver pegas importantes. Determinados datos permitían calcular una edad del universo... ¡menor que las de algunos cúmulos estelares a los que se le calcula 12000 millones de años!.  Por suerte los nuevos datos dan un resultado perfectamente compatible.  Hoy pensamos que el universo tiene unos 14,000 millones de años.

Hay algo que me ha encantado del libro.  Ese algo es que lo ha escrito un científico y no un periodista que ignora el tema del que habla y pretende actuar como científico en vez de periodista.  Eso le da un rigor que a veces hecho en falta en los libros de divulgación.  Me encuentro algunas afirmaciones disparatadas en esos libros de 'divulgación' que más despistan que divulgan.  Ciertamente hay conceptos difíciles de explicar y pòr ello aprecio muchas de las lecturas científicas que quieren popularizarlos. Pero el autor tiene que conocer el tema lo suficiente para no confundirse y confundir al lector. En esta ocasión no solo es un científico el que escribe, sino que escribe sobre su campo y sobre lo que investiga.

Además te da información de primera mano y muy actual.  Quizás demasiado, quiero decir que en los 10 años que ha transcurrido desde que se escribiera hasta ahora ya han cambiado algunas cosas.

Otro aspecto que me ha gustado del libro es el fino humor irónico del autor, que de vez en cuando se muestra cínico.

Es verdad que más de la mitad del contenido del libro no son informaciones directas sobre las investigaciones o el tema de estudio, sino anécdotas y las situaciones personales en el trabajo.  Pero creo que eso es necesario.  Por una parte resulta artificial eludirlo.  Los científicos cuentan como personas y esas circunstancias que se cuentan nos meten más en el trabajo profesional.  Por otra parte como digo antes facilita el humor que hace fácil la lectura del libro.  Quizás me hubiera gustado que facilitara más detalles de la vida de las estrellas o la clasificación de las galaxias, pero me he sentido a gusto con el contenido.


Tengo que decir que el libro se lee fácil y rápido. Cosa de agradecer.

En fin, una lectura que recomiendo.

P.D. Observo que hay mayoría de libros de divulgación científica en las  reseñas que estoy haciendo para la web.  Aunque es algo de casualidad, no me arrepiento.  Es más espero continuar con la tónica. ¡Hay que divulgar la ciencia!